Con la llegada del nuevo año, solemos replantearnos dónde estamos, si nos gusta ese lugar, si nos llena...y, a menudo, tendemos a querer cambiar algo. Es en ese momento donde nos proponemos distintos objetivos a lograr en este nuevo año para que ocurra ese cambio.
No obstante, a medida que pasan los días desde que nos hemos marcado los nuevos propósitos tendemos a abandonarlos. De esta manera, año tras año volvemos a proponernos lo mismo. Pero, y entonces, ¿qué hacemos para poder cumplirlos de verdad?
Primero. Márcate objetivos realistas.
Los objetivos realistas son aquellos que sabemos que podemos conseguir y que no nos supondrán un esfuerzo tan grande que nos veremos obligados a abandonar en el camino.
Para poder establecer objetivos realistas es importante ajustar nuestras expectativas. Por ejemplo: no practico ejercicio y me propongo practicar ejercicio 2 horas todos los días de la semana. Este objetivo no se ajusta a mi realidad (no realizar ejercicio). Por ello, es importante, ser consciente la realidad que tengo y poner un objetivo que sí pueda lograr.
Segundo. Proponte objetivos concretos.
Plantéate objetivos que no sean generales, es decir, intenta concretarlos para que puedas ir consiguiéndolos en tu día a día.
Por ejemplo:
-Objetivo general: hacer ejercicio este año.
-Objetivo concreto: hacer ejercicio al menos dos veces por semana.
Establecer objetivos generales dificulta que poco a poco vayamos logrando lo que nos hemos propuesto y, como consecuencia, nos encontremos desmotivados.
Tercero. Piensa y organiza cómo vas a alcanzar tus objetivos.
¿Qué pasos tienes que dar para lograrlos?, ¿Cómo te vas a organizar en tu día a día? Te invito a que cojas una agenda y un boli y !te pongas manos a la obra!
Cuarto. Visualizado como un proceso.
Todo proceso conlleva tiempo por lo que no esperes nada de inmediato, tómatelo como un camino a recorrer. Visualizarlo de forma impaciente tan solo hará que te sientas frustrado, desmotivado y que abandones el camino.
Sexto. No pasar de cero a cien.
Relacionado con lo anterior, es fundamental, encontrar un equilibrio entre el todo-nada.
Por ejemplo: pasar de nunca realizar ejercicio a proponerte realizar ejercicio 2 horas todos los días de la semana.
Séptimo. ¡Disfruta del camino!
¡Espero que os puedan ayudar estas ideas y que os acerquen un poquito más a cumplir aquello que os propongáis!
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